Árabe. El imperio árabe logró preservar el legado matemático de los griegos, romanos e indios y asimilando estos conocimientos junto con los que recibieron de sus ancestros, pueblos babilónicos, aportaron un impulso vital respecto de la mediocridad imperante en su entorno. Los árabes iniciaron en el siglo VI una expansión hacia oriente que los llevó hasta los límites de la actual China y por el oeste hasta la península Ibérica. Durante su dominio, el califa Abd Allah al-Mamun creó, en Bagdad siglo IX, la Bayt al-Hikmah (casa de la sabiduría) el mayor centro intelectual de la época, en ella evolucionaron los conocimientos científicos y filosóficos que difundieron por su imperio.
Uno de los asiduos a la casa de la sabiduría fue Abu Abdallah Muḥammad ibn Mūsā al-Jwārizmī, creó una de las mejores aritméticas existentes en esa época, siglo IX, y podemos considerarlo como el creador del álgebra y promotor del sistema de numeración actual, su libro “al-Kitāb al-mukhtaṣar fī ḥisāb al-ŷabr wa-l-muqābala” (Compendio de cálculo por reintegración y comparación), lo conocemos por una traducción al latín del siglo XIII, es considerado como el antecesor de muchos conocimientos que se suponían creaciones de los europeos. Por otro lado, Thabit Ibn Qurra desarrolló una fórmula general en la que los números amigos podrían derivarse, fue re-descubierta mucho más tarde tanto por Fermat como por Descartes.